Un nuevo centro – Postura y sensación corporal

El bebé crece por momentos y tu tripa también aumenta de tamaño. Sientes tu cuerpo diferente casi cada día y poco a poco esos cambios en tus sensaciones corporales se convierten en algo cotidiano. ¿Te cuesta ponerte de pie o tienes dolores de espalda?

Tu tripa es cada vez más grande y eso hace que se desplace tu centro corporal. El aumento de peso en la zona del abdomen hace que muchas mujeres cambien también su postura y compensen esa variación marcando la curvatura de la espalda. Puede que en un primer momento te haga sentir bien y te dé estabilidad pero es muy posible que termines teniendo dolores de espalda. No te preocupes, es cierto que los dolores de espalda son muy desagradables pero son muy frecuentes durante el embarazo. También pueden deberse a que tu bebé está presionando un nervio, por ejemplo el nervio ciático. Mover la pelvis hacia delante y mantener la espalda recta te darán estabilidad con tu nuevo centro de gravedad sin dañar la espalda. Consulta con tu matrona o con tu médico qué postura es la mejor para mantener relajada la espalda.

Tus músculos abdominales ya no tienen su fuerza habitual. ¿Lo has notado? Te cuesta levantarte de frente cuando estás tumbada boca arriba. Eso se debe al crecimiento del útero que empuja hacia un lado los músculos abdominales. Para facilitarte las cosas puedes echarte sobre un costado y levantarte de lado. Después del parto es importante que sigas levantándote así durante algunas semanas más. Si durante ese tiempo sobrecargas la musculatura abdominal levantándote de frente repetidamente o intentando ejercitar la zona para volver a recuperar la figura, es posible que en el futuro los músculos abdominales nunca recobren su posición original y te provoque inestabilidad a largo plazo. Durante el puerperio puedes pedir a tu matrona que te enseñe cómo se puede comprobar al tacto si los músculos abdominales están en una posición óptima. Así sabrás en qué momento puedes volver a entrenar la musculatura abdominal.