Más espacio en la tripa, mucho espacio en la vida

El útero se agranda cada vez más y echa a un lado los órganos internos de la cavidad abdominal. Eso puede hacer que te quedes sin aliento con relativa rapidez o que tengas que ir al baño más a menudo. Del mismo modo que el bebé va ganando espacio en tu cuerpo, en el futuro también irá ocupando un espacio definitivo en tu vida.

Puedes sentir a tu bebé, sus movimientos, sus pataditas y quizá notes incluso cuando tiene hipo. Ya tienes un contacto intenso con él. Se hace notar cuando tu postura no le gusta o cuando tu vejiga está llena y le quita espacio. Es apasionante experimentar cómo reacciona tu hijo: ¿da empujoncitos cuando colocas las manos sobre la tripa? ¿reacciona ante los ruidos? Aunque todavía falta un poco para que venga al mundo ya ocupa un espacio importante en tu vida.

Hay una serie de cosas prácticas que ahora también ocupan mucho espacio en tu vida como arreglar el “nido” y prepararse para el parto. Todavía tienes tiempo para organizar la bolsa que llevarás a la clínica o para comprar ropa y productos para el cuidado del bebé. Es importante que tengas claro lo que todavía queda por hacer y lo que ya has hecho. Confía en tu bebé: ya es una criatura capaz y cooperará en el momento del parto. Cuando llegue al mundo esa capacidad no siempre se manifestará de inmediato, todavía no podrá expresarse con palabras, pero sabrá cómo comunicarte sus necesidades. Refuerza tu confianza en que tu hijo será capaz de transmitirte lo que necesita, exactamente igual que lo hace ahora en tu tripa. Ten paciencia porque generalmente primero hay que aprender cómo funciona la comunicación con el bebé, pero tu pequeña criatura vendrá al mundo como un ser humano capaz y feliz de ocupar su lugar en la vida.