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Estancamiento de la leche: detección, tratamiento y prevención

Cómo surge el estancamiento de la leche

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El estancamiento de la leche es una complicación que puede surgir en cualquier momento durante el período de lactancia. Te explicamos cómo se produce y cómo se puede aliviar. Además, conocerás la mejor forma de prevenirla.

Cómo surge el estancamiento de la leche

Las matronas suelen decir que durante el puerperio el pecho es el espejo del alma. Y no sin motivo, porque el estancamiento de la leche suele ser resultado de un exceso de estrés o de sobrecargas mentales y anímicas. Puede que se haya alterado la tranquilidad que requiere el puerperio. No dejes que los eventuales problemas de la lactancia te alteren. La mayoría de las mujeres se muestran más susceptibles que nunca durante el puerperio, esto es así para que puedan volcarse emocionalmente por completo en su hijo. Pero al mismo tiempo esa mayor sensibilidad hace que sean más vulnerables y que el cuerpo reaccione con desacostumbrada rapidez con síntomas negativos cuando la madre que acaba de dar a luz no se siente bien. El estrés y un cansancio excesivo pueden alterar el importante y necesario reflejo de producción de leche haciendo que ésta salga del pecho de forma inadecuada o en muy poca cantidad. Pero también existen otras causas que pueden ocasionar el estancamiento de la leche. A veces el bebé no succiona con suficiente efectividad o no está bien colocado. También existen causas mecánicas, como la presión que ejercen sobre los conductos mamarios los sujetadores demasiado apretados. En ocasiones un conducto mamario obstruido puede producir un estancamiento de la leche. En esos casos, lo mejor es que te pongas en contacto con tu matrona o con la asesora de lactancia que te está proporcionando apoyo durante esta etapa.

Posibles síntomas del estancamiento de la leche

El estancamiento de la leche se suele manifestar en forma de sensibilidad a la presión o dolores en una zona determinada del pecho. A veces se puede palpar un endurecimiento concreto o el pecho se siente muy henchido y firme. En ocasiones aparecen rojeces en la zona afectada. Quizá observes también que la leche fluye peor al dar el pecho. Pero el estancamiento de la leche no siempre se manifiesta de forma clásica con dolores y enrojecimiento. En un primer momento muchas mujeres llegan a pensar que están empezando a sufrir un resfriado u otra enfermedad pues lo primero que notan es malestar, escalofríos o un aumento de la temperatura corporal.

Cómo puedes aliviar los síntomas

Sobre todo es importante vaciar bien el pecho y que puedas reposar y restablecerte bien. Eso significa que debes dar el pecho a tu hijo a menudo y pasar el mayor tiempo posible acostada. Quizá también tengas que despertar a tu pequeño de vez en cuando para que coma por lo menos cada dos o tres horas. Si el estancamiento se debe a dificultades para colocar al bebé debes pedir a una especialista que te enseñe la técnica correcta y tienes que comprobar una y otra vez que tu hijo puede succionar bien. Alternar las formas de colocar al recién nacido contribuye al restablecimiento. Son beneficiosas las posiciones en las que la mandíbula inferior del bebé apunta hacia la zona del pecho afectada.

Antes de dar el pecho resulta de ayuda aplicar calor húmedo, por ejemplo, colocando una manopla de ducha caliente sobre el pecho, de esta forma se favorece el flujo de la leche. Darse un suave masaje en el pecho también puede resultar beneficioso. Es importante masajear de forma muy suave y sólo con las puntas de los dedos, sin ejercer presión ni aplastar o estrujar. Si te sienta bien, también puedes enfriar el pecho después de dar el pecho. En caso de estancamiento de la leche debido, por ejemplo, a la presencia de una ampolla en el pezón, pregunta a tu matrona o a tu asesora de lactancia qué es lo que debes hacer.

Cuándo debes acudir al médico

Con estas medidas deberías notar una clara mejoría al cabo de 24 horas. Si no se produce ninguna mejora en un máximo de 48 horas, tienes fiebre alta o sientes dolores intensos, debes acudir al médico para aclarar si el estancamiento de la leche se ha convertido en una inflamación del pecho (mastitis) que la mayoría de las veces requiere tratamiento con antibióticos.

Cómo prevenir el estancamiento de la lache

En general debes prestarte mucha atención a ti misma y a tu pecho durante todo el período de lactancia. Procura disfrutar con regularidad de suficientes pausas de reposo y come y bebe bien y en cantidades adecuadas para tu bienestar. Evita llevar sujetadores muy apretados o prendas que puedan presionar la zona del pecho. Da el pecho con frecuencia a tu bebé y, si tienes problemas con que coma, busca ayuda enseguida. Por ejemplo, tu matrona puede apoyarte con visitas a domicilio o asesoramiento telefónico hasta que termine la fase de lactancia.