Libro, taza de té junto a una ventana que muestra la naturaleza exterior
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Autocuidado – Cuidar bien de una misma cuando se es madre

Percibir las propias necesidades

mujer en el baño

Como mamá cuidas de tu hijo las veinticuatro horas del día. Pero eso hace que algunas mujeres olviden sus propias necesidades o que, simplemente, ya no tengan tiempo para dedicarlo a sus aficiones, al deporte o a sus amigos. También hay madres que se muestran muy críticas consigo mismas. Pero precisamente ahora es muy importante que cuides bien de ti.

Liberarse de la autocrítica

Al convertirse en padres muchas personas se plantean a sí mismas exigencias mucho más estrictas que en otros ámbitos de la vida. Muchas mujeres quieren ser la madre “perfecta”. Pero eso no consiste en hacer pasteles caseros y tener impecables las ventanas sino en que estéis bien tú y tu hijo. No nos reconocemos lo bastante que somos buenos padres. Aunque tu hijo despierte en ti el deseo de realizar a la perfección todas las tareas vinculadas con él no siempre podrás conseguirlo. Pero basta con que hagas las cosas lo mejor que puedas en cada momento. Así que no mires todo a través de una lupa crítica y fíjate en lo que estás haciendo bien y en todo lo que has logrado hasta ahora.

Nada de comparaciones

Todos tenemos necesidades y prioridades diferentes. Incluso entre los bebés existen grandes diferencias. Unos necesitan mucha cercanía y atención mientras que otros se sienten satisfechos observando todo desde su mantita de juegos. Unos niños se tranquilizan enseguida mientras que otros necesitan recibir más apoyo de sus padres. Cuanta más atención necesita un bebé menos tiempo queda para dedicarlo a otras cosas.

Reconoce tu situación concreta como base de la que tienes que partir. No importa lo que ya sepa o haga el hijo de tu amiga o de tu vecina. Las comparaciones sólo suelen ser fuente de estrés y no reflejan la realidad pues cada niño tiene su propio temperamento personal.

Percibir las propias necesidades

La vida cotidiana con el bebé no debe hacerte olvidar que tú también eres importante y tienes tus propias necesidades. Detente de vez en cuando y analiza de forma consciente cómo te sientes. Por supuesto, “puedes” sentirte cansada e incluso agotada. Y eso es motivo para hacer algo bueno para ti: procura disfrutar de breves momentos de pausa. Relájate tranquilamente en la bañera mientras tu pareja u otra persona de referencia se encarga el bebé. Todo lo que te sienta bien a ti le sienta bien a tu familia. Porque al fin y al cabo es necesario que todos los miembros de la familia se sientan a gusto. Por eso cuidar de ti misma es un requisito importante. Aquí tienes algunos consejos:

 

  • Evita el agotamiento parental saliendo de vez en cuando de la vida cotidiana del bebé
  • Para ello haz breves pausas conscientes y busca una baby-sitter o alguien que pueda cuidar de tu bebé
  • Anota una fecha en tu agenda para desarrollar tus aficiones, hacer deporte, dedicarte tiempo a ti misma o para estar con tus amigos
  • Apoyaos mutuamente como padres para lograr esos momentos de calma
  • Planea regularmente breves pausas para ti misma y también para estar con tu pareja

Tu hijo ya se puede quedar al cuidado de otras personas cariñosas durante un par de horas y se alegra cuando vuelves relajada a su lado. Sea lo que sea lo que te hace sentir bien, piensa cuál es la mejor forma de conseguirlo en cada momento. Generalmente se puede hacer mucho más de lo que uno piensa. No de forma espontánea, pero una buena planificación permite hacer realidad muchas cosas.

"Precisamente cuando los días y las noches con tu hijo resultan especialmente agotadores debes prestar atención a tus fuerzas. Establece unas prioridades razonables y trátate con mucho cariño. ¡Porque eres importante! "

Cuida de ti misma metódicamente

Lo mejor es que todos los días tengas un ratito sólo para ti. Planifica metódicamente el resto de las pausas para que no olvides hacerlas llevada del trajín diario con el bebé. En cuanto hay niños en casa es imposible terminar por completo las tareas del hogar y todo lo que tienes pendiente. Así que, si piensas que todavía tienes que acabar esto y aquello antes de regalarte una pequeña pausa, lo más probable es que no llegues a hacerla nunca. Pero tomar un café con calma es tan importante o incluso más importante aún que terminar la colada.