Formas naturales de escapar del estrés

A menudo la vida cotidiana familiar resulta estresante. El trabajo, las tareas del hogar o las enfermedades de los niños pueden exigirnos mucho. En esos casos hay que mantener la calma a pesar de todo.

Cuando te sientas muy estresada lo primero que puedes hacer es respirar profundamente. Procura sobre todo expirar a fondo. Imagina cómo la tensión y el estrés salen del cuerpo al espirar. Quizá esta forma de respirar te recuerde un poco a la que se recomienda para acompañar las contracciones del parto. Porque en ese caso también se trata de relajar la tensión respirando conscientemente. Haz tres o más respiraciones seguidas de forma plenamente consciente. Si además dejas caer los hombros puede que notes cómo descargas también tu estrés.

Cuando nos convertimos en padres de repente pasamos más tiempo metidos en casa. Y puede que en los días nublados y lluviosos eso nos amustie un poco. Antes de que tu estado de ánimo decaiga por completo sal fuera. Un pequeño paseo por el parque o por la zona de juegos infantiles puede levantar el ánimo. Quizá tengas que comprar alguna menudencia o puedas ir con tu hijo a visitar a una amiga que está en tus mismas circunstancias. Si tienes la opción, puedes salir sola, es una forma aún más efectiva de reducir el estrés. Un breve paseo o simplemente pasar un rato en un café sin que nada te moleste o ir a comprar tranquilamente ayuda a ver todo de forma un poco más relajada. También puede ser útil pasar un rato cuidándote en el cuarto de baño: si no tienes tiempo para tomar un baño de cuerpo entero puedes darte un baño de pies, por ejemplo, con el Baño Relajante de Lavanda. Paro darse un buen baño por la noche cuando los niños duermen también tranquiliza y puede ayudarte a sentir de nuevo una agradable calma.

En japonés existe la expresión “shinrin yoku” que traducida libremente significa “baño de aire de bosque”. Porque, al igual que un relajante baño en la bañera, el “baño” en la naturaleza también tiene un efecto equilibrante. Al pasear por el bosque el cuerpo, la mente y el alma vuelven a estar en armonía. Los colores, los olores y los sonidos se perciben de forma plenamente consciente. Y los niños también se relajan cuando pueden corretear libremente en medio de la naturaleza y descubrir un montón de cosas nuevas. Un paseo por el bosque sienta bien a toda la familia. Generalmente nos relaja dejar vagar la mirada por los parajes naturales y por el vasto horizonte. Precisamente esos momentos de reposo en la naturaleza son especialmente valiosos si vives en una ciudad grande y ajetreada.

Es todo un reto vivir conscientemente el momento presente y no tener la mente puesta en el próximo asunto pendiente. Pero intentarlo una y otra vez ayuda a conseguirlo. Cuando permanecemos conscientemente en el momento presente podemos reponernos mejor. A veces los pensamientos, el trajín o las preocupaciones nos impiden percibir los buenos momentos que estamos viviendo. También puede ser de ayuda meditar, aunque sólo sea unos minutos. ¿No crees que es algo que podría sentarte bien a ti?