Qué hacer cuando los niños se resfrían

¡Aaachís! Tos, estornudos y fiebre son los típicos síntomas de esos resfriados infantiles tan frecuentes. Precisamente cuando se trata de niños pequeños existe un gran riesgo de contagio en la guardería o en la escuela.

El sistema inmunitario adulto trabaja a pleno rendimiento. Pero puede que las defensas de los niños aún no estén tan maduras ni tan entrenadas como las nuestras. Por eso son especialmente propensos a enfermar en invierno y a pillar resfriados. No obstante, cada infección que se supera en la infancia es en cierto modo una forma de entrenar el sistema inmunitario. Así que el hecho de que los niños pequeños estornuden, tosan o tengan fiebre con más frecuencia que los adultos no es necesariamente algo alarmante.  

Hay que prestar atención cuando aparecen los primeros síntomas, como irritación o dolor de garganta, cansancio y dolores de cabeza o de extremidades, porque casi siempre apuntan al comienzo de un resfriado. Si la temperatura sube tu hijo debe disponer de tiempo suficiente para guardar cama y curarse del todo. El decaimiento y la fiebre son síntomas de que el sistema inmunitario trata de combatir activamente a los agentes patógenos que han penetrado en el organismo. Por eso es muy importante que el niño tenga suficientes fases de reposo. 

• Cuidado si la nariz está taponada porque entonces a los bebés y a los niños pequeños les cuesta respirar y también pueden tener dificultades para beber
• Los pequeños no pueden sonarse por sí solos. Así que hay que vigilar que no tengan la nariz tapada para que puedan respirar mejor
• Al sudar con frecuencia los niños pierden mucho líquido y deben beber bastante
• Hay que procurar que tengan los piececitos calientes, los bebés también pueden llevar un gorrito dentro de casa para que no pierdan demasiado calor por la cabeza