Concebir es recibir

Concebir significa estar abierta a lo que llega. La concepción es una invitación dirigida a un nuevo y pequeño ser, es la creación de una nueva personita para que se desarrolle en la seguridad y confort del cuerpo de su madre.

Lo que no se sabe con seguridad es si esa invitación será aceptada o no ni cuándo ni cómo ocurrirá eso. El inicio de una nueva vida suele producirse de forma inadvertida, aunque algunas mujeres notan el momento en que se quedan embarazadas. ¿Es ése tu caso? Entonces conserva esa maravillosa sensación en la memoria, ese cosquilleo y esa alegría expectante.

Dentro de unos días podrás comprobar si estás embarazada, cuando te falte la regla podrás hacerte una prueba de embarazo. Tu cuerpo ya sabe que una nueva vida está creciendo en él desde el momento mismo de la fusión del óvulo y el espermatozoide y ya ha empezado a trabajar a pleno rendimiento para resultarle lo más agradable posible a ese pequeño huésped. Antes de nada, se prepara la primera “cunita” para el invitado: el endometrio, que ahora se vuelve más grueso y tiene un riego sanguíneo más intenso. Aunque tú todavía vivas momentos de incertidumbre, tu cuerpo ya tiene total certidumbre y está preparando todo para tu bebé.

Durante el embarazo se tiene mucho menos en cuenta los sentimientos y el papel del hombre. El futuro padre también siente alegría, emoción y dudas e inseguridades. Es bueno que habléis y compartáis vuestras impresiones y lo que sentís en cada momento. A veces a los hombres no les resulta tan fácil porque no llevan al bebé dentro de ellos y su cuerpo no cambia. Tienen que limitarse a observar desde fuera cómo cambia su pareja tanto física como anímicamente.

Tomaos vuestro tiempo y aceptad vuestros sentimientos tal como son. A menudo resulta más fácil manejarlos si habláis abierta y sinceramente de ellos.