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Energía concentrada, cobijo protector

Semana 12 de embarazo

Confía en el cambio

Tu cuerpo cambia sin que puedas influir en ello. Esta situación puede provocar inseguridad pero también es algo muy bello. La naturaleza guía los cambios en tu cuerpo y eso es un reto para nosotras que estamos acostumbradas a decidir cómo debe ser nuestra vida.

Mi cuerpo y una nueva vida

Tu útero crece y quizá ya puedas palparlo tú misma a través de la pared abdominal, un poco más arriba del hueso del pubis se puede notar el músculo firme del útero, el lugar donde tu hijo crece resguardado y protegido. La naturaleza ha dispuesto todo maravillosamente, además del útero, ha dotado a tu organismo de otros “mecanismos protectores”: el líquido amniótico protege al bebé de los golpes que pueda recibir del exterior y durante las últimas semanas del embarazo también amortigua sus pataleos y golpeteos para que no molesten a la futura mamá. El líquido amniótico está recogido en la bolsa amniótica, una fuerte membrana que acompaña los múltiples movimientos de madre e hijo. En el cuello del útero hay un grueso tapón mucoso que se encarga de que los gérmenes no puedan acceder al útero ni a la bolsa amniótica. Ese moco se desprende unos días o unas horas antes del parto.

 

Actitud interna durante el embarazo

Confía en las fuerzas de la naturaleza

El estado de ánimo no siempre participa de esa perfección con que la naturaleza ha preparado y asegurado el embarazo, ya que lo que ocurre a nivel corporal no requiere nuestra participación consciente. Eso puede producir inseguridad y también una sensación de “estar a merced” de un proceso que no controlamos. Sobre todo en estos tiempos en que estamos acostumbradas a determinar por nosotras mismas cómo debe ser nuestra vida.

 

Ahora es importante que consigas desarrollar una actitud de entrega a lo que está ocurriendo en tu cuerpo. Para eso hay que confiar en las fuerzas de la naturaleza y en el sentido de la vida humana. Tienes que ser capaz de establecer un equilibrio entre dos objetivos básicos: aceptar el prodigioso crecimiento de una criatura en tu cuerpo e integrar el embarazo en tu vida cotidiana. De este modo podrás ir sentado las bases de la posterior educación de tu hijo dando al bebé un lugar importante en tu vida sin arrojar por la borda tus propias necesidades.

 

“El embarazo avanza y tu cuerpo cambia sin que puedas influir en ello. Confía en las fuerzas de la naturaleza”.

Concretar las necesidades

¿Qué necesita el bebé para su desarrollo y qué necesitáis tú y tu pareja para poder ser unos buenos padres? Armonizar ambos aspectos será un objetivo que os acompañará siempre a partir de ahora. Es bueno que ambos habléis como pareja sobre vuestros deseos y necesidades y que os comuniquéis claramente cuáles son vuestras expectativas y vuestros sueños. Contaos también vuestras preocupaciones e inseguridades y concretad vuestras necesidades.