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¿Dar el pecho? Tu cuerpo ya se está preparando

Semana 34 de embarazo – ¿Lactancia o biberón?

La lactancia es la alimentación natural para los bebés, pero también existen muchas dudas e inseguridades en torno a este tema. 

El tamaño del pecho y la primera leche

El momento en que sale y fluye la primera leche varía de una mujer a otra: en casos aislados comienza a salir algo de leche sobre la semana 10 de embarazo, pero en la mayoría eso sólo ocurre poco antes o después del parto. No hay que preocuparse, eso no afecta para nada a la lactancia posterior. El tamaño del pecho tampoco es un factor decisivo, el pecho se transforma de manera natural durante el embarazo, aumenta de tamaño y por eso a veces puedes notarlo más tenso. Es importante que lleves un sujetador que se adapte bien a tu cuerpo, da igual que tenga aros o no, que sea de encaje o de algodón. Lo importante es que proporcione una buena sujeción del tejido mamario y que así ayude a evitar los dolores de espalda. Si tienes un pecho grande es imprescindible que utilices sujetadores con tirantes anchos que hacen que las cazuelas se ajusten bien sin aplastar los pechos. La parte delantera del sostén soporta casi el 80 % del peso del pecho. También hay que procurar que los costados y la parte de la espalda sean anchos y que estén confeccionados con material elástico de calidad.

Masajear el pecho como preparación para la lactancia

Masajear el pecho es una estupenda preparación para amamantar. Hacerlo durante unas semanas antes del parto y en la lactancia contribuye a relajar el pecho, estimula la circulación y aporta calor. Un buen efecto añadido: tocarás una vez al día esa parte de tu anatomía de forma enteramente consciente y notarás las pequeñas transformaciones que experimenta. La naturaleza es sabia, confía en que tu cuerpo está perfectamente preparado y producirá leche suficiente.

No son recomendables otras medidas preparatorias como, por ejemplo, frotar el pecho con una manopla de ducha seca, las infusiones ricas en taninos o la aplicación de determinadas cremas. Se pueden producir daños en las células y obtener el efecto contrario: heridas, pezones erosionados y dolores al empezar a amamantar. Prescinde de todas esas medidas y evita tocar los pezones cuando masajees el pecho.

Amamantar con pezones retraídos o invertidos

Si tienes pezones retraídos o invertidos es conveniente que hables con antelación con una matrona o con una asesora de lactancia. No te preocupes, aunque tus pezones no sobresalgan lo más probable es que puedas dar el pecho a tu hijo. Cuando se tienen unos pezones así es más importante aún colocar de forma correcta al bebé. También existen algunos recursos como, por ejemplo, los formadores de pezones que a veces pueden servir de ayuda al empezar a amamantar. Si te informas bien te sentirás segura, esa es la mejor preparación para que la lactancia funcione.

Colocar correctamente al bebé

Aunque tus pezones sean normales también es muy importante que coloques al bebé de forma correcta. Muchos recién nacidos saben de forma instintiva cómo funciona el proceso de absorber leche del pecho, pero es mejor que la matrona o el personal especializado echen un vistazo cuando todavía estás en la clínica después de dar a luz, así tendrás la seguridad de que tu hijo está bien colocado para mamar. Si chupetea demasiado o suele tener el pezón metido a medias en la boca, puede que se lastimen más rápidamente los pezones. Pueden pasar un par de semanas hasta que todo funcione de forma fluida, tómate tu tiempo y ten paciencia contigo misma y con el bebé. También puedes acudir a grupos de lactancia, incluso durante el embarazo. Allí se reúnen mamás que están en plena lactancia y podrás intercambiar impresiones tranquilamente, aclarar muchas dudas y beneficiarte del apoyo mutuo.