Tu parto es único

Los partos suelen ser tan diversos como diferentes e irrepetibles son los niños. En todo parto existen inseguridades y nunca se sabe exactamente qué es lo que va a ocurrir.

Sobre todo si es tu primer parto, es normal que no estés segura de qué tienes que esperar de ese momento. Quizá alguna vez hayas visto un parto en un reality televisivo, pero lo que se muestra en esos programas es sólo una escena focalizada en aquello que el director encuentra interesante. Hay muchas cosas que quedan fuera de cuadro o se sacan de contexto y el resultado son unas imágenes muy diferentes que no se corresponden con la realidad del parto. Si sientes cualquier tipo de inseguridad o miedo por haber visto este tipo de programas o por cosas que te han contado tus conocidos, habla con tu matrona. En general ese consejo también vale para todas las preguntas e inseguridades referentes al parto. La matrona puede acompañarte y responder a tus interrogantes con tranquilidad y con el respaldo de una amplia experiencia pues ha acompañado a muchas mujeres en el momento de dar a luz.

A menudo pensarás en las personas queridas que quieres que estén presentes en el parto. ¿Lograrán llegar a tiempo para apoyarte cuando comiencen las contracciones? ¿Qué ocurre si hay mucho tráfico o tienen que recorrer un largo camino? Lo mejor es que elijas una persona suplente que también pueda acompañarte durante el parto y que lo hables con ella. Debe ser alguien de tu entera confianza que pueda apoyarte en lugar del acompañante previsto. Bastantes personas inesperadas estarán contigo en los momentos del parto de forma totalmente casual, desde el taxista pasando por una amiga hasta el futuro abuelo, y todos habrán hecho bien su papel.

Quizá hayas decido pasar el parto a solas con la matrona, es también una posibilidad que eligen algunas mujeres, es tu parto y tú eres la que decide. No dejes que personas ajenas a este acontecimiento te hagan sentirte insegura, es importante tener claro que el acompañamiento no es lo más importante durante el parto. Aunque tengas a tu lado personas amorosas y competentes, sois tú y tu hijo los que hacéis el esfuerzo del parto. Las personas que os rodean pueden procurar que todo salga bien y que estéis a gusto, pero nadie puede hacer ese trabajo por vosotros. Por eso tú eres la única que puede decidir lo que es bueno para ti y lo que no, lo que quieres y lo que no. Eres la jefa de tu parto, los demás se encargan de la organización y están ahí para atenderte. ¡Confía en ti y atrévete! Tu cuerpo saber muy bien cómo dar a luz y tú puedes percibir intuitivamente qué es lo que te sienta bien y lo que te ayuda de forma completamente personal en cada momento.