El estrés de ser madre
¿Te pone nerviosa tu día a día?
Hay momentos en que todo es demasiado
¿Estrés de mamá?
Familia y profesión, hijos y tareas del hogar.
Hay que afrontar muchos retos a la vez y a veces una pierde los nervios.
¿Qué puedes hacer para recargar energía y tener más paciencia contigo misma, con tu hijo y con el día a día en familia?
Qué hacer para reducir el estrés de ser madre
- Mantener la calma
Las tareas profesionales bien hechas se pagan y se elogian. Pero, desagraciadamente, las actividades del hogar y el cuidado de los hijos reciben muy poco reconocimiento. No obstante, debes estar orgullosa de todo el trabajo que realizas. Y permítete de vez en cuando estar nerviosa y estresada, es algo completamente normal.
También pasa en el trabajo. Generalmente no son los niños los que nos ponen nerviosos realmente sino las circunstancias externas. En esas situaciones sirve de ayuda respirar profundamente y ejercitarse en mantener la calma.
Pregúntate: ¿Cuentas con suficiente apoyo? ¿Qué podría sentarte bien? ¿Tienes de vez en cuando momentos de pausa sin niños y hay personas a las que puedes decirles sinceramente cómo te sientes? Todo eso es importante para vivir el día a día de forma más relajada.
- Buscar apoyo
No está ni ha estado previsto nunca que hagamos todo esto solos. En el pasado, y también en la actualidad, son muchas las culturas donde todos los miembros del clan o de la familia extensa participan en la tarea de acompañar a los niños en su crecimiento.
Actualmente muchos padres viven en familias pequeñas y tienen que realizar todas las tareas solos. Y esa situación es aún más complicada cuando es un solo progenitor el que se encarga de la crianza. No tengas reparo en buscar breves momentos de pausa. Puedes recurrir a una canguro o tu pareja puede hacerse cargo del niño. Disfruta regularmente de pequeños ratos para ti sola.
- Tiempo para hablar y escuchar
Cambiar impresiones sienta bien. Si notas que estás nerviosa puedes tratar de hablar con una persona de confianza. Pueden ser otros padres que estén viviendo lo mismo que tú. O la cariñosa vecina de más edad que siempre tiene un par de palabras amables para ti y para tu hijo cuando te encuentras con ella.
En cualquier caso, debes centrar tu atención en las personas que te hacen sentir bien. Y en situaciones que te transmitan positividad.
- Cambiar las circunstancias
Si ahora mismo sientes que estás en un “momento bajo” como madre analiza las circunstancias que te rodean. A menudo son ellas y no tu hijo las que hacen que en algunos períodos sientas la maternidad como algo agotador. La vida cotidiana familiar exige mucho y por eso es bueno comprobar de vez en cuando si a los niños y a los padres les sienta bien la forma en que se está desarrollando. Si no es así, piensa en cuál es la mejor manera de optimizar esas circunstancias que son una carga. Aquí te hemos ofrecido algunas ideas al respecto.
"Presta la menor atención posible a esos momentos no tan buenos. Planifica conscientemente breves pausas sin niños. En el día a día familiar siempre hay cosas pendientes de hacer, pero son igual de importantes los momentos que te permiten recargar nuevas energías."
Saca un ratito para ti y libérate del estrés
Cuando se tienen hijos son pocos los momentos de tranquilidad.
Por eso, te ofrecemos sugerencias para disfrutar de pausas relajantes para ti sola.
Los rituales de cuidado corporal son especialmente adecuados para mimarte a través de todos los sentidos y para armonizar cuerpo, mente y alma.
- Cuidado corporal
El mejor consejo para encontrar el mejor cuidado corporal es combinar nuestras leches corporales y los aceites corporales de Weleda.
Puedes poner unas gotas de leche sobre la palma de la mano y enriquecerla con unas gotas de aceite. Cuanto más aceite añadas más rica será la leche corporal. No existen límites, todos los aceites corporales se pueden combinar con todas nuestras leches corporales. Y puedes variar la mezcla según tu estado de ánimo y los cuidados que necesite tu piel.
El cuidado corporal personalizado te brinda una estupenda posibilidad de hacer algo bueno para ti misma y reducir el estrés de ser madre. Puedes darte crema con atención plena o, si dispones de tiempo, también puedes aplicar el producto de cuidado corporal con un masaje y dejar que actúe.
- Masaje de manos y pies
No siempre hay que recurrir a un masaje corporal completo para relajarse. Por supuesto, es fantástico que tu pareja te pueda dar un masaje en la espalda. Pero también puedes aportar algo más de relax al día a día de manera más sencilla: con un amoroso masaje de manos o de pies. Además, te lo puedes dar incluso tú misma.
Precisamente los pies son una parte de nuestro cuerpo que solemos descuidar en la vida cotidiana. Pero en ellos hay muchos puntos sensibles que estimulan todo el cuerpo cuando se los masajea. Puedes aplicar nuestro Bálsamo para Pies primero en un pie y luego en otro y luego masajearlos con suaves movimientos circulares desde las yemas hasta los dedos, deslizar las manos por la planta y ejercer una ligera presión sobre los dedos. El masaje de manos también sienta maravillosamente bien. Es cierto que nos aplicamos crema en las manos de vez en cuando pero no nos tomamos tiempo para darnos un verdadero masaje en esta parte del cuerpo.
Organiza tus pequeñas pausas de forma enteramente personal. Breves momentos de relax pueden crear oasis de tranquilidad en medio del trajín cotidiano.