Relajarse en el embarazo

Dormir bien permite reponer fuerzas para el parto. Pero a veces no resulta tan fácil conciliar el sueño y dormir embarazada de un tirón con la tripa pesada, la imperiosa necesidad de ir al baño, las piernas inquietas o los pensamientos dando vuelt as en la cabeza.

Tranquilidad y relajación son condición indispensable para lograr un sueño reparador. Quizá ahora te resulte difícil dormir porque los pensamientos dan vueltas en tu cabeza, el bebé está activo, no encuentras una posición cómoda o necesitas orinar en el embarazo con frecuencia. No te preocupes, tu cuerpo también es capaz de reunir así la fuerza y la energía que necesitas. 

Durante las próximas semanas y meses el insomnio nocturno formará parte de tu vida. Aún así, si terminas el día relajada podrás disfrutar de unas cuantas fases de sueño relajante que te permita reponer fuerzas: evita las películas violentas y trepidantes y las situaciones turbulentas antes de irte a la cama. Los cojines de lactancia y de apoyo te pueden ayudar a tumbarte cómodamente. También resulta útil tener lápiz y papel junto a la cama para anotar los pensamientos nocturnos, así podrás analizarlos con más detenimiento durante el día y ya no necesitarás hacerlo durante la noche. La tranquilidad nocturna te permite siempre escuchar tu interior y notar cómo te sientes realmente.

La lavanda es un auténtico regalo de la naturaleza. El aroma de su aceite esencial tranquiliza y te permite serenarte suavemente. El aceite de baño de lavanda es perfecto para tomar un baño completo o un baño de pies por la noche. Si prefieres una ducha, el gel de ducha de lavanda limpia a la vez que cuida suavemente la piel. Ya sea un baño o una ducha relajante, disfruta de ese momento como un regalo para ti misma y deja atrás los pensamientos perturbadores. Esos instantes de relax aportan tranquilidad y predisponen suavemente al sueño.

Tip:

“Si ya no puedes dormir bien en el embarazo intenta, a pesar de todo, recargar energía en la tranquilidad de la noche.

Escucha tu interior y relájate todo lo que puedas.

Considera las fases de vigilia como una preparación para el momento en que el bebé estará contigo y te despertará por las noches. Visto así, tu cuerpo ya se está preparando para adaptarse a un ritmo noche-día más irregular”.

Charo Martín,

Matrona de WELEDA y madre de tres hijos