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¿Qué tal está la generación “Indoor”?

Qué consecuencias para la salud tiene nuestro estilo de vida "Indoor"

De media, pasamos entre el 80 y el 90% de nuestras vidas en espacios cerrados y a menudo con aire acondicionado. Estas cifras valen tanto para el norte de Europa como para América, pero incluso en el hemisferio sur, y sobre todo en los países asiáticos, vivir en espacios cerrados con aire acondicionado, se está volviendo cada vez más normal.

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Incluso cuando estamos fuera: sea en aviones, metro, trenes de larga distancia o automóviles, nos movemos en vehículos hechos de metal y plástico, y con el aire acondicionado puesto. En el transporte público, las ventanas ya no se pueden ni abrir. Esas imágenes en las que alguien saluda a sus seres queridos desde el tren partiendo ya parecen testimonios de una época pasada.

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Cada vez pagamos más por espacios fríos

El 90% de los hogares estadounidenses tienen aire acondicionado. En cambio, sólo el 8% de la población mundial tiene aire acondicionado. Algo que podría cambiar pronto, según el informe "El futuro del enfriamiento".

La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que el número de aires acondicionados en todo el mundo aumentará de 1,6 a 5,6 mil millones para mediados de siglo. Eso significaría que el enfriamiento de interiores y vehículos consumiría tanta electricidad como China hoy en su conjunto. Las emisiones de gases de efecto invernadero que se liberan de las plantas de carbón y gas a la hora de generar la energía para alimentar estos sistemas de aire acondicionado casi se duplicarían, de 1,25 en 2016 a 2,28 mil millones de toneladas en 2050.

Contaminación Interior

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 20 y el 30% de los trabajadores de oficina se quejan de síntomas como ardor en los ojos, raspado de garganta, congestión nasal o dolor de cabeza, irritación de la piel, mareos y falta de concentración. Dichos trastornos de salud relacionados con el tiempo que pasamos dentro se denominan “Sick-Building-Syndrom” (SBS) o “Building related Illness” (BRI). 

Pero en casa tampoco estamos necesariamente bien: la concentración de polvo, especialmente de partículas ultrafinas, puede ser alta. Los motivos son muchos: desde fumar, pasar la aspiradora sin el filtro apropiado, cocinar y freír, hasta los equipos electrónicos, velas encendidas, chimeneas abiertas, agentes de limpieza exhalados o productos de plástico. Dado que el aire en las habitaciones se diluye menos que en el exterior, la cantidad de partículas en nuestros hogares suele ser más alta que en el exterior.

Menos luz natural y movimiento

¿Qué ha pasado? Casi el 90% de todos los adolescentes chinos son miopes, en Corea del Sur, Singapur y Taiwán la situación es parecida. Alrededor de la mitad de los adolescentes en Estados Unidos y Europa están afectados. La causa: los niños y adolescentes pasan demasiado tiempo en el interior, y delante de dispositivos electrónicos. Pero sin suficiente luz natural, la retina del ojo no produce suficiente dopamina. Como resultado, el globo ocular crece y se hace más largo, un factor clave en el desarrollo de la miopía.

Otro problema de salud: ¿qué hacemos en el interior? Estamos sentados.

Sentarse más de tres horas al día puede reducir la esperanza de vida, según un equipo de investigación del Centro de Investigación Biomedicina de Pennington en Louisana, EE. UU., que comparó los datos de unas 17.000 personas. Cualquier persona que trabaja en una oficina pasa unas 80.000 horas sentada en toda su vida profesional. E incluso los niños pasan ya cerca del 70% del día sentados.