flor de onagra
naturaleza

Onagra

Ayuda a estimular las defensas naturales y procesos regenerativos de la piel madura

Procedente de Ámerica del Norte, la flor de onagra fue tradicionalmente usada por los indios por sus virtudes nutritivas y terapéuticas.

Aunque crece en suelos poco prometedores, secos y compactos, las flores de la onagra florecen rápidamente en cuestión de minutos, al anochecer. 

Esta etapa de floración se conoce como la “Hora Azul”. Es el momento del día en el que no queda apenas luz, pero todavía no es de noche del todo, conectando así el día pasado con el nuevo.

Una de las particularidades de esta planta es que sólo florece por la noche, iluminando la oscuridad con sus grandes flores, y se vuelven a cerrar al amanecer.

flor de onagra

Excepcional protector de la piel

Originaria de Ámerica del Norte, la flor de Onagra fue tradicionalmente usada por los indios por sus virtudes nutritivas y terapéuticas. 

En su interior esconde grandes cantidades de ácidos grasos esenciales (ácido linoleico y ácido y-linoleico), cuya producción se reduce en nuestro cuerpo con el paso del tiempo. 

Ambos ácidos grasos desempeñan un papel clave en la epidermis siendo imprescindibles para la formación de la barrera protectora. El aceite de las semillas de la onagra protege la piel madura contra la perdida de hidratación, fortalece su función protectora y favorece la estimulación de su metabolismo. 

Para pieles a partir de los 50

Cuando alcanzamos la edad de los 50, vivimos un momento de reorientación. 

Después de tomar parte en la vida cotidiana durante décadas y sentirnos realizadas organizándola, de repente volvemos a tener tiempo para nosotras. Al igual que la flor de la onagra desafía el ritmo vegetal habitual, floreciendo exclusivamente al anochecer, la mujer a los 50 se distancia de la vida cotidiana, sintiéndose independiente, más joven y segura de sí misma. 

Pero también es la edad media de la menopausia (Estudio Ipsos realizado entre 5000 mujeres), donde los cambios hormonales provocan a la piel un adelgazamiento de sus capas, una reducción del colágeno, además de una menor producción de sebo y células epidérmicas. 

Su capacidad de mantenerse hidratada disminuye, por lo que tiende a estar más seca y apagada, con más arrugas, además de perder elasticidad, tonicidad y firmeza. 

La flor de la onagra es el mejor aliado para este momento, ofreciendo a la piel madura los nutrientes que necesita para volver a estar luminosa, hidratada, más firme y flexible. Por eso es el gran protagonista de nuestra línea Facial Redensificante de Onagra.