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¿Salimos fuera?

En plena naturaleza con tu hijo

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En plena naturaleza con tu hijo

Explora el mundo con tu hijo. Aquí te enseñamos cómo puedes proteger la delicada piel del bebé del sol, el viento y el frío.

¿Por qué salir con el niño?

A menudo después de un breve paseo nos sentimos llenos de nuevas energías. Generalmente el aire siempre es algo húmedo en el exterior y eso sienta bien a las mucosas de la nariz y a los pulmones. En invierno el paso del aire caliente al frío y de nuevo al aire caliente estimula la circulación. Más adelante a los niños pequeños también les sienta bien pasar tiempo fuera en plena naturaleza. Hacer ejercicio al aire libre cansa y alegra y siempre pueden descubrir cosas nuevas y apasionantes, observar animales y desfogarse. Pero el aire fresco y el movimiento no es lo único que nos sienta bien a nosotros y a los niños. La luz solar también nos beneficia a todos porque estimula la formación de vitamina D en la piel.

La acción de la luz solar sobre la piel del bebé

Aunque la luz es buena y conveniente para la piel, también es importante saber qué se debe hacer cuando se trata de luz solar directa. Demasiada luz solar puede tener consecuencias negativas para todos nosotros, y también para los bebés y los niños pequeños. Como a esas edades la piel es muy fina y tiene menos melanocitos, se quema con relativa rapidez al exponerse a la luz del sol. Esta reacción se manifiesta como cualquier otra quemadura por el enrojecimiento de la piel, en casos extremos también pueden aparecer ampollas. Las quemaduras solares en la infancia pueden aumentar claramente el riesgo de padecer posteriormente cáncer de piel. Eso se debe, entre otras cosas, a que el sistema inmunitario de los niños aún no ha madurado del todo y todavía no es plenamente capaz de reparar los daños celulares que pueden surgir por acción de la radiación solar.

bebe dormido

Cómo puedes disfrutar al aire libre con tu hijo, ya sea un bebé o un niño pequeño

  • Cuanto más pequeño sea el niño más importante es que no reciba radiación solar intensa (sobre todo al mediodía). No se debe exponer a los bebés a la luz solar directa.
  • Hay que procurar que estén siempre suficientemente cubiertos, deben llevar gorra (con protección de la nuca) y prendas ligeras de algodón.
  • Es necesario utilizar protectores solares (con factor de protección 30 o más) sin conservantes ni aromatizantes.
  • También hay que aplicar cuidadosamente crema protectora en las orejas, el lomo de la nariz y el dorso de los pies.
  • Procura que el niño lleve suficiente ropa – gorra y prendas de abrigo – cuando el tiempo sea ventoso y frío.

 

El uso de protector no significa que se pueda dejar más tiempo al niño expuesto a la luz solar directa. Porque ni siquiera los protectores solares con factor de protección elevado protegen totalmente frente a los rayos UV.