Desde el ingrediente al producto final

Utilizamos aproximadamente 1.000 sustancias naturales en nuestros cosméticos y medicamentos, pero no nos basta con que nuestros ingredientes sean naturales; han de ser naturalmente eficaces. Deben favorecer las funciones de nuestro cuerpo para autocurarse, restablecer el bienestar y aportar una belleza que emana desde dentro. Para garantizar que nuestros ingredientes conserven su poder innato, los recolectamos con rapidez y los procesamos en la menor medida posible, poniendo el máximo cuidado durante todo el proceso. Nuestros conocimientos farmacéuticos y nuestra experiencia nos ayudan a determinar el método de producción apropiado en cada caso. 

En primer lugar, “dinamizamos” todos nuestros líquidos a mano, agitándolos suavemente con un movimiento que imita la figura de un ocho. En todos nuestros procesos térmicos y de agitado, controlamos al máximo el posible impacto de fuentes de energía externas, midiendo y reduciendo al mínimo la radiación electromagnética y wifi, sobre todo en zonas donde procesamos materias primas muy delicadas.

Por otra parte, en la medicina antroposófica la relación entre las fuerzas planetarias y metálicas, entre el microcosmos y el macrocosmos, también desempeña un papel importante. Por eso seleccionamos los tiempos de dinamización siguiendo un calendario: por ejemplo, nunca se realiza la dinamización con plata durante la luna menguante. Para todas las dinamizaciones empleamos agua destilada — consideramos que tiene un efecto rejuvenecedor —, ya que su calidad es equivalente al agua de lluvia.

Y como creemos firmemente en cultivar la belleza en todas las criaturas, no realizamos tests con animales para comprobar la eficacia de nuestros productos ni de sus ingredientes, tampoco lo hacen nuestros proveedores.

En los procesos térmicos, como la destilación, los valiosos aceites esenciales — por ejemplo, de las flores de lavanda — se extraen con la ayuda del vapor del agua.  Las fragancias naturales resultantes se utilizan como fragancia en muchos de nuestros cosméticos. La maceración es otro proceso importante en Weleda. En él, las plantas de caléndula recién cortadas se desmenuzan y se mezclan con alcohol y agua. Dos semanas más tarde, la mezcla se prensa y se filtra: el resultado es la tintura de caléndula, un extracto vegetal de gran valor. 

Todos estos procesos y pasos de transformación tienen un denominador común: crean un puente entre el estado natural del ingrediente y los humanos y nos permiten acceder a lo que crece en la naturaleza, beneficiándonos de las cualidades nutritivas y curativas naturales del ingrediente. 

Gracias a estos métodos de producción sostenible y al cuidado con el que empleamos los recursos naturales, Weleda ha obtenido la certificación de NaTrue, una organización sin ánimo de lucro internacional, cuyo objetivo es proporcionar garantía e información transparente a los consumidores de todo el mundo, ofreciendo unas normas estrictas y detalladas para la certificación. Estamos orgullosos de ser miembro fundador de NaTrue.