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Nuestros campos de cultivo

En los huertos de plantas medicinales descansa nuestro mayor tesoro, desde 1921.

 

En los huertos biodinámicos de Weleda, la naturaleza y el hombre forman una unidad: todo está pensado hasta el último detalle, cada planta tiene asignada su parcela de manera estratégica, cada planta es recolectada cuando la naturaleza lo marca, amacerada siguiendo un orden, todo ello con el fin de no perturbar el ritmo y vida de cada especie, impidiendo que estas se desvinculen de sus raíces.

 

Un hábitat natural capaz de regularse por sí mismo

Lo BIO y lo natural no es una tendencia a la que apuntarnos ahora. Desde nuestros orígenes, nuestros propios huertos biodinámicos han sido la fuente para obtener las plantas y extractos que utilizamos en nuestros productos. Así nos aseguramos de que ningún pesticida o sustancia química entre en contacto con nuestros preciados ingredientes ya que utilizamos los métodos más seguros y respetuosos con la naturaleza, la agricultura biodinámica.

Pero no solo se trata de lo que excluimos de nuestros jardines, sino también de lo que ponemos en ellos. La gestión del compost ayuda a desarrollar la vida activa del suelo y los preparados especiales elaborados con estiércol de vaca y hierbas nutrientes como el diente de león y la valeriana mejoran la tierra, haciéndola más fértil.

Poco ha cambiado en nuestros huertos en los últimos 90 años; siguen siendo un rico hábitat natural, con flores y árboles que se convierten en hogar para los insectos que benefician los cultivos. Al “aceptar” a estas criaturas en nuestros jardines, ayudamos a mantener un ecosistema equilibrado evitando así la expansión de plagas y enfermedades. Además, esa gran diversidad vegetal contribuye a la estabilidad ecológica y siempre hay polen y néctar disponibles para los insectos. 

Alemania

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El huerto biodinámico más grande de Europa

En Alemania, el mayor huerto de plantas medicinales de Weleda se encuentra en el corazón de Schwäbisch Gmünd. Con 20 hectáreas, se trata del huerto biodinámico más grande de Europa. Aquí, la diversidad no tiene límite: 260 especies de plantas se cultivan de forma biodinámica y 180 de ellas se emplean como ingredientes para nuestros medicamentos y cosméticos naturales.  Plantas como el endrino, el hamamelis y el espino blanco, y numerosos animales de campo, pájaros e insectos encuentran aquí su hábitat, entre cinco kilómetros de setos naturales. La enorme riqueza de flores atrae a múltiples insectos como las avispas y mariquitas.

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Nuestros jardineros cuidan nuestro huerto como un ecosistema integral, observando las complejas relaciones entre las plantas y el suelo, buscando ingeniosas soluciones cuando la naturaleza requiere ayuda. Por ejemplo, han construido un túnel de ramas que da sombra a los helechos para que tengan luz al igual que en su hábitat natural en el bosque. 

El huerto de plantas medicinales en Alemania es el más grande, pero también tenemos huertos en Inglaterra, Francia y Suiza, los Países Bajos, Brasil, Argentina y Nueva Zelanda. 

Francia y Suiza

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Una pequeña parcela de campo

La gran cantidad de especies distintas de plantas medicinales que se encuentran en un espacio relativamente pequeño da origen a un derroche de colores durante el período de floración. Tanto el huerto de Weleda situado en Arlesheim (Suiza), cerca de Basilea, como el de Bouxwiller (Francia), cerca de Huningue, son adyacentes a las instalaciones de producción y oficinas.  El huerto de Bouxwiller es una isla de biodiversidad en un mar de agricultura convencional. La parcela de 0,6 hectáreas está rodeada de setos salvajes, y los pájaros, insectos y anfibios se sienten como en casa en este paraíso de estanques, muros de piedra y árboles frutales. 

A pesar de ser un área relativamente pequeño, se cultivan aquí hasta 70 plantas medicinales. El jardín de la ciudad suiza de Arlesheim está rodeado de bosques y de 16 hectáreas de tierra cultivada orgánicamente. La variedad de productos que crecen en el terreno contrasta con la agricultura orgánica a gran escala que se desarrolla en las proximidades inmediatas.  A pesar de la cercanía a Basilea, parece una pequeña parcela de campo. 

Inglaterra

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Pequeñas parcelas con mucho encanto

En el huerto de Ilkeston, en el condado inglés de Derbyshire, los campos de caléndulas de color naranja brillante llaman la atención durante los meses de verano. El sendero no conduce a opulentos parterres de flores, sino a pequeñas parcelas de tierra naturales que tienen un encanto especial. 

El huerto se encuentra a las afueras de Ilkeston, que disfrutó de su máximo apogeo durante la revolución industrial y prosperó durante muchos años gracias a la minería y las industrias afines. En la actualidad, el paisaje muestra los efectos de ese legado industrial. Las abundantes lluvias dan lugar a una tierra húmeda y pesada, lo que no es exactamente ideal para el cultivo de plantas medicinales. Sin embargo, el cultivo biodinámico pone en práctica su magia y transforma este suelo en uno fértil, donde la historia de la región y del país aún se puede observar en cada rincón del jardín. 

Países Bajos

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El viento traslada al interior el aroma a sal del Mar del Norte, mientras que los setos y arbustos protegen el jardín de los fuertes vientos costeros. Este jardín holandés parece un oasis y ofrece un retiro ideal para insectos y pájaros, favoreciendo simultáneamente la biodiversidad. Aunque una hectárea es bastante manejable, el jardín alberga una enorme variedad de plantas medicinales.

Aquí se cultivan más de 200 especies vegetales, casi todas necesarias para nuestros productos. Se proporciona al pesado suelo una estructura mejor con un compost con un alto contenido en minerales y, con el fin de satisfacer los requisitos especiales de algunas plantas, se modifica adicionalmente la tierra, de pesada a ligera, de húmeda a seca y de rica a pobre en nutrientes. También se usa un invernadero con calefacción para el cultivo de algunas plantas medicinales tropicales. 

Brasil

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País de origen volcánico

A solo 30 minutos en coche de la metrópolis brasileña de São Paulo, el huerto de São Roque parece otro mundo. Esta tierra roja acoge gran cantidad de variedades naturales perfectamente asentadas.

El huerto está ubicado cerca de Serra do Mar, una cordillera montañosa de bosques tropicales a lo largo de la costa suroriental de Brasil.

La ciudad de São Roque fue tiempo atrás la ruta principal desde la zona occidental de Paraguay y Bolivia por la que viajaban inmigrantes procedentes de Portugal, Italia, Japón y Alemania durante el siglo XX.  Estos trajeron consigo una tradición especial y diversa del cultivo de verduras y frutas. Incluso en la actualidad, São Roque es popular por el vino y la buena comida, que se producen en pequeñas granjas familiares. El jardín fue creado en la década de los años 80 en una fructífera parcela de tierra de origen volcánico. Está situado junto a un pequeño lago, rodeado de granjas y bosques, y promete paz y diversidad a todo aquel que llegue allí desde la ajetreada región metropolitana. 

Argentina

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A 1.200 metros sobre el nivel del mar, rodeado de praderas y entre ricos bosques de coníferas y especies diversas, el jardinero Jorge Guisto cultiva su propio jardín farmacéutico en la región de Córdoba, en el corazón de Argentina.

Este jardín de Weleda no ha sido diseñado con parcelas ni pulcros parterres. En lugar de eso, plantas medicinales como la prímula, la equinácea, el berberis y los helechos crecen de forma informal en el paisaje silvestre. Los viejos árboles proporcionan sombra durante los calurosos meses de verano y un arroyo serpentea entre 4,8 hectáreas de jardines florecientes. En torno a 70 especies de plantas medicinales se cultivan aquí, y la cosecha se transforma en medicamentos en la propia farmacia de Jorge, situada al este de Buenos Aires. 

Nueva Zelanda

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Recolectado a mano

Al pie de Te Mata en la región vinícola de Hawkes Bay, el huerto de Havelock North se encuentra en la Isla Norte de Nueva Zelanda.

Cerca de 50 especies de plantas medicinales se cultivan en este clima mediterráneo con sus largos y calurosos meses de verano. Warren Pearce y otros jardineros neozelandeses trabajan en los campos siguiendo los principios de la agricultura biodinámica. La recolección se efectúa principalmente a mano, evitando el uso de equipos agrícolas pesados, lo que mantiene la tierra ligera y aireada. 

Tres vacas proporcionan el estiércol necesario, que mejora la calidad de la tierra junto a un compost adecuado. La variedad vegetal es grande, igual que lo es la avifauna, con una armoniosa abundancia de aves nativas como el tui, la paloma neozelandesa kereru y el cómico pukeko.