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¿Cuándo comienza la educación?

¿Qué significa realmente educar y cómo puede funcionar bien la educación desde el principio?

Todo el mundo quiere tener hijos bien educados, pero ¿cómo podemos lograrlo educando a nuestros hijos con amor? Puede que tú misma hayas recibido una educación demasiado estricta o que te hubiera venido bien que te pusieran más límites. En esta conversación con la pedagoga titulada Susanne Mierau hablamos sobre la educación y qué es lo que significa cuando se trata de bebés y niños pequeños.

Querida Susanne, cuando el niño es todavía un bebé y aún no puede hablar ni andar ¿qué es importante para su educación?

La sensibilidad y la empatía son muy importantes para transmitir sensación de cobijo y seguridad. Si somos capaces de ponernos en el lugar de los demás y tratamos de entender cómo se siente la persona que tenemos delante, eso contribuye a desarrollar una buena relación con ella. Esa sensibilidad abre el camino a otras formas de actuar. Cuando somos capaces de abrirnos a la persona que tenemos delante y percibimos de forma consciente qué siente o qué necesita en ese momento, surge también otra forma de compresión. Esa comprensión hace posible una reacción y una interacción empática y podemos transmitir sensación de protección y seguridad. Y el bebé necesita esa sensación porque todavía no puede comunicar sus necesidades verbalmente. Para entrenar esa capacidad uno puede preguntarse a sí mismo cómo le gustaría que le tratasen. Al mismo tiempo podemos relacionarnos con nosotros mismos de forma sensible y atenta e ir trabajando este aspecto. Cuanta más sensibilidad tengamos en el trato hacia nosotros mismos, más tacto desarrollaremos para saber qué cosas sientan bien y cuáles no y también seremos capaces de darnos cuenta de esos aspectos en relación con otras personas.

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¿Qué significa realmente educar y cómo puede funcionar bien la educación desde el principio?

En realidad educar significa acompañar de manera consciente al niño y poner límites. Como mejor funciona esto es ejemplificándolo con nuestra propia forma de vivir y convirtiéndonos en un buen modelo a seguir. Ahora bien, el niño también debe experimentar cosas por sí mismo, no sirve explicarle cómo es el mundo. No entiende que no puede jugar ahí fuera porque hay mucho barro. Puede que no comprenda el porqué hasta que termine cayéndose al suelo mojado. Necesitamos ser muy comprensivos con los niños porque no podemos instruirlos sólo mediante el lenguaje. Pero podemos acompañarlos de forma consciente y precederles con nuestro buen ejemplo.

"Educar significa acompañar de forma consciente al niño y también ponerle límites con mucho cariño. Como los niños aprenden mucho en el día a día, la mejor forma de educarlos es ser nosotros mismos ejemplares en nuestra vida cotidiana." Susanne Mierau

¿Cómo funciona la educación orientada a las necesidades y cómo encontrar el tipo de educación que encaja con nosotros?

En general existen muchas formas de educar y consejos para hacerlo. Términos como “educación orientada a las necesidades” son difíciles de entender porque los padres pueden pensar que deben satisfacer de inmediato todos los deseos del niño. Pero eso no es así. En la vida cotidiana sería imposible atender todos esos deseos. De lo que se trata realmente en la educación orientada a las necesidades es de percibir de forma consciente al niño: escucharlo y tratar de entenderlo. Cuando el niño siente que se le ve y se le toma en serio ya ha conseguido satisfacer necesidades importantes para él o está en situación de comunicarlas. Hay que tener una actitud receptiva hacia el niño y tratar de entender cuáles son sus necesidades en cada momento preciso. Así también podremos entender por qué hace las cosas y qué es lo que necesita realmente

¿Qué podemos hacer si hemos cometido un error al educar al niño? Es decir, si nosotros mismos hemos hecho algo que no está bien.

En ese caso también debemos ser un modelo. Cuando ha habido algo incorrecto en nuestra conducta podemos disculparnos ante nuestro hijo y explicar por qué nos hemos comportado de ese modo equivocado. Así podremos aprender de los errores y procurar hacer las cosas mejor en el futuro. Y el niño también tomará nota de esa actitud.