Cómo reforzar la autoestima de tu hijo
¿Cómo se puede fomentar la automotivación del niño? ¿Es necesario el elogio para reforzar su seguridad en sí mismo? Apoyar al niño en su desarrollo.
¿Contribuyen el reconocimiento y el elogio al desarrollo de nuestros hijos? ¿Los niños que han recibido muchos elogios se convierten en personas seguras de sí mismas? ¿Cómo y cuánto hay que elogiar? ¿Puede el elogio crear dependencia en el niño?
¡Qué bien lo has hecho!
En realidad es completamente normal que los niños prueben muchas cosas y que lo hagan con mucha curiosidad. Pero si elogiamos todo lo que hacen se produce un desplazamiento: lo normal se convierte en algo extraordinario. Entonces el elogio destaca por encima de la conducta normal, en casos tan naturales como leer un libro o pintar algo. El elogio es aquello con que los adultos valoran una acción. Pero si un niño experimenta siempre que es bueno y aceptado no necesita ese elogio basado en nuestra evaluación subjetiva. Una educación fundamentada en el elogio puede tener como consecuencia que más tarde el niño se rija por consideraciones de valor para obtener ese reconocimiento básico.
Reforzar la automotivación del niño
La idea de que el elogio refuerza la motivación del niño no es correcta. Los niños se sienten motivados por sí mismos a probar muchas cosas y no desisten cuando algo no sale bien a la primera. Lo que debemos hacer como padres es procurar no desmotivarlos diciendo muchas veces la palabra “no”. Podemos acompañarlos y adaptar el entorno a sus posibilidades para que no encuentren cosas peligrosas en su camino y para tener que decir “no” lo menos posible. Se puede reforzar al niño mediante una percepción atenta que le transmita esta idea: “Te apoyo siempre. Eres importante. Nosotros lograremos todo”. Y eso es algo que no hace falta expresar a través del elogio. De esta forma el niño podrá desarrollar una buena autoestima.
Formas de reforzar al niño sin elogios
Se puede reforzar de manera positiva al niño durante su desarrollo percibiéndolo plenamente. Prestándole atención e indicando con la mirada que lo estás viendo y lo tienes presente. En lugar de decir “¡qué estupendo que has cogido el lápiz!” podemos decir “sí, ya he visto que has cogido el lápiz”.
