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¿Vivimos desconectados de la naturaleza?

¿Qué hace la ciudad con nosotros?

Vivimos en megaciudades

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¿Cómo y dónde vivían nuestros abuelos? Probablemente en un pequeño pueblo en el campo. En 1900, solo alrededor del 16% de la población mundial vivía en una ciudad y hoy en día más de la mitad vive en ciudades, a pesar de que sólo representan el 2% de la superficie terrestre mundial. En 2018, había 548 ciudades en todo el mundo con más de 1 millón de habitantes y 33 llamadas megaciudades con más de 10 millones de habitantes. Las grandes ciudades ofrecen muchas oportunidades pero también son factores de riesgo para la soledad, el estrés y el distanciamiento de la naturaleza.

Los espacios verdes urbanos son esenciales para la (buena) vida en las ciudades, los parques y plazas con plantas y los árboles actúan como filtros de almacenamiento de CO2 y partículas en las grandes ciudades. Pero además un entorno con plantas es un bálsamo para el alma y la psique. Numerosos estudios demuestran los beneficios de la naturaleza para nuestro bienestar. Incluso un breve contacto con la naturaleza en el verde urbano puede influir en nuestro estado de ánimo y reducir las emociones negativas como la agresividad, el miedo y la ira.

 

Somos la generación “indoor”

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De media, pasamos entre el 80 y el 90% de nuestras vidas en espacios cerrados y no nos movemos lo suficiente.

Según la Organización Mundial de la Salud, entre el 20 y el 30% de los trabajadores de oficina sufren picor en los ojos, congestión nasal, dolor de cabeza, mareos y falta de concentración que estan relacionados con el tiempo que pasamos dentro y que se denominan “sindrome de los edificios cerrados" 

Pero en casa tampoco estamos necesariamente bien,  ya que la cantidad de polvo y partículas en nuestros hogares suele ser más alta que en el exterior. Incluso cuando estamos fuera: sea en aviones, metro, trenes de larga distancia o automóviles, nos movemos en vehículos hechos de metal y plástico, con el aire acondicionado puesto y generalmente sentados.

 

 

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Perdemos un tiempo vital en atascos

Pasamos cada vez más horas en atascos de tráfico. Las consecuencias: estrés, transtornos y molestias físicas.

La congestión del tráfico se ha convertido desde hace tiempo en una realidad cotidiana.Tenemos el doble de vehículos que hace 20 años y el estrés que se vive en los atascos ataca el corazón. Un equipo de médicos alemanes descubrió que los ataques cardíacos eran particularmente frecuentes en pacientes que habían estado justo antes atrapados en un atasco, ya fuera en su propio automóvil o en transporte público. Como causas, naturalmente el estrés, pero también la contaminación del aire. Los automóviles atascados o parados en un semáforo rojo son hasta un 40% más contaminantes que los automóviles en movimiento.

Según la Sociedad Británica de Fisiología, el retraso en los desplazamientos ocupa ya el 12º lugar en el ranking de factores que más estres causan (por delante de la pérdida de nuestro teléfono)


 

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La fertilidad del suelo de cultivo esta disminuyendo

Dos tercios de todas las especies viven en la tierra y más del 90% de nuestros alimentos se producen a partir de recursos naturales. Sin embargo, los campos cultivables desaparecen y los que quedan contienen cada vez menos humus y nutrientes.

Nuestros campos y prados son literalmente la base de la vida. La tierra filtra el agua de lluvia para obtener agua potable nueva y limpia. Y no son los bosques, sino los suelos los que proporcionan las mayores reservas de carbono orgánico del mundo después de los océanos. Sin suelos vivos y fertiles no habría comida ya que más del 90 por ciento de nuestros alimentos se producen en suelos. En las verduras, el pan, la carne, los huevos y la leche hay nutrientes del suelo. Además hay infinidad de seres vivos debajo de la superficie de la tierra: En una hectárea de tierra hay billones de pequeños animales, insectos, lombrices de tierra y microorganismos, como bacterias y hongos.

Pero en el mundo, se pierden alrededor de 10 millones de hectáreas de tierra cultivable cada año, que es un área del tamaño de Corea del Sur. Una cuarta parte de la superficie mundial ya contiene significativamente menos humus y nutrientes que hace 25 años o ya no se puede usar como tierra cultivable. Las razones: deforestación, tala y quema, agotamiento del suelo o agricultura intensiva, que no es apta para las condiciones del suelo.

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En las ciudades cada vez más personas estan creando espacios rurales, pequeños huertos y projectos de jardinería urbana, para cultivar verduras, hierbas y frutas. Incluso un balcón con plantas puede ser una contribución importante.